Fedintra, la Federación Independiente de Transportistas de Andalucía, denuncia una nueva amenaza para el sector del autobús, la escalada continua desde hace casi un año de los precios de los combustibles. Los últimos indicadores han llegado a los 1,36 euros por litro de gasóleo, una cifra que no se veía desde 2013, y que está a punto de alcanzar su máximo histórico.
Una situación incomprensible que ha supuesto un encarecimiento del 24% en apenas los días que va de año 2022, y nada menos que un 37% desde mayo de 2020, cuándo los precios de los combustibles más utilizados apenas llegaban al euro por litro (0,99€). Las ayudas de la Administración a las empresas, una regulación más estricta de los precios y un impulso más decidido al sector son las líneas a seguir para no atacar más a uno de los sectores más castigados por la crisis económica Covid, la del transporte de viajeros por carretera.
Destacar también que el gas natural, un combustible muy estable en su precio durante los últimos 20 años, ha sufrido un incremento desorbitado y sin precedentes desde mediados de 2021 hasta alcanzar, el pasado mes diciembre, los 180 €/MWh, lo que supone una subida de más del 400%.
«Un situación insostenible para el sector del autobús, que precisamente en su afán inversor y de búsqueda de una movilidad sostenible, invierte continuamente en vehículos más sostenibles y menos contaminantes, pero que luego las administraciones no visualizan este enorme esfuerzo. Es imprescindible realizar un plan específico de ayudas al sector del transporte por carretera y bonificar el gasto de combustible», apuntó Antonio Vázquez Olmedo, presidente de FEDINTRA.
Los empresarios insisten en que, si la política de emisiones de gases de efecto invernadero ha de continuar una estricta reducción, el sector requiere de un mayor control de las tarifas, así como que en las líneas públicas se reequilibren las cuentas de gastos de las empresas concesionarias para compensar estos costes desorbitados y descontrolados.
El autobús es el modo de transporte que menos gases de efecto invernadero genera y es únicamente responsable del 0,42% del total de las emisiones de CO2 del transporte por carretera en España. Igualmente, es el segundo modo de transporte motorizado menos contaminante en emisiones de CO2 -68 gramos de dióxido de carbono por pasajero y km- sólo por detrás del tren.
«Si queremos que el autobús siga siendo un sector esencial para la actividad económica y social, estrechamente ligado al turismo, y ayudar a una movilidad más sostenible de las personas, debe estar más arropado por la Administración y no tan a expensas de un mercado totalmente descontrolado«, señaló Vázquez Olmedo.
En 2019, el transporte de viajeros por carretera desplazó a más de 3.100 millones de viajeros al año, comunicando a más de 8.000 poblaciones y generando empleo para 95.000 personas, siendo además un eslabón clave de la principal industria de nuestro país, el Turismo. #elautobusesturismo