El aumento de las víctimas mortales y las infracciones comunes en las carreteras durante 2016 ha hecho saltar las alarmas en la Dirección General de Tráfico. En la provincia fueron 30 los fallecidos, un 15% más, y la siniestralidad ha ido claramente en aumento, especialmente en las vías secundarias, que acaparan la mitad de los siniestros más graves, a pesar de tener una densidad de circulación mucho más baja que las autovías y autopistas.